Una vez más los colombianos
cerramos un año que empezó con muchas esperanzas y terminó con muy pocas de
estas cumplidas. Mucho se habló de la sobre el Proceso de Paz, las elecciones
regionales, de la Selección Colombia, Miss Universo, etc. Muchos de estos temas
nos dejan un sinsabor, pero en algunos se asoma una esperanza, leve pero la
hay.
El 2015 arrancó con optimismo,
ilusiones, creencias sobre un año prospero para la economía. Un año en que la
economía iba a crecer al ritmo de la locomotora de Santos, pero no del todo fue
así, terminamos con un leve crecimiento económico del 3.2%, pero con más
desigualdad, con una de las mayores crisis petroleras del país que frenaron
todo el sector, con una devaluación del peso colombiano histórica, con un
crecimiento del desempleo según el DANE, y finalmente una inflación que tendrá
que ser atendida inmediatamente por el Ministro de Hacienda y el Banco de la
Republica para el otro año.
En cuanto al Proceso de Paz una vez más los colombianos
terminamos confundidos. Juan Manuel Santos prometió que este año sería el de la
paz, como no se logró, en septiembre nos vuelve a prometer con un plazo de 6
meses la refrendación de los acuerdos; es decir ahora nos dice que el 2016 será
el año. Ya los colombianos entendimos muy bien que se tratan de calumnias,
engaños y enredos. Nuevamente cerramos el año entre la “espada y la pared” con
la disyuntiva de un plebiscito, y otra vez se repite esa fea artimaña de las
elecciones presidenciales pasadas, si queremos la guerra o la paz, cuando los
colombianos lo que necesitamos son soluciones inmediatas para otros problemas
superiores que nos agobian.
En educación si nos fuimos para
atrás, una ministra Gina Parody que toma las mejores decisiones para su carrera
política pero no para los colombianos, las becas de “Ser Pilo Paga” otra
ineficiencia del gobierno Santos, deja familias endeudadas y un Icetex
prospero, nuevamente este año se repite la hazaña, y se vanaglorian de esta
iniciativa cuando lo único que hacen es desviar recursos de la educación
pública para beneficiar entidades privadas como Icetex. Ni que decir de
Colciencias, con un recorte del 20% (aproximadamente la quinta parte) ¡Qué
horror! Así nunca saldremos del subdesarrollo.
Las elecciones regionales lo
único que nos dejaron fue la idea clara de que la maquinaria electoral es la
que gobierna, dejando a un Vargas Lleras fortalecido y a un Uribe debilitado.
En las regiones de la costa las elecciones fueron una grosería, no cabe allí la
palabra democracia solo cabe la palabra clientelismo. En lugares centrales del
país toma fuerza el voto de opinión, no sé si para bien o para mal, porque
algunos se toman en serio la idea de ganar, confundiendo a las personas y dando
esa imagen de generadores de opinión cuando son todo lo contrario. ¡Confunde y
vencerás!
En fin, el 2015 deja un sinsabor,
terminamos el año con un galeón San José que esperemos se quede acá y se
congele su venta; sería triste que todo ese valor histórico y patrimonial
termine en manos de unos bandidos del gobierno para lograr sus proezas
políticas (aunque con Santos y la canciller Holguín no nos hagamos esperanzas).
Un plebiscito otra vez como cortina de humo ante problemas más graves que
enfrenta el país que nos hará dividir. Terminamos con una Natalia Springer
millonaria con más recursos que Colciencias y condecorada por la Fiscalía en
manos de Eduardo Montealegre. Solo queda que con estas reflexiones de lo que
fue el 2015, la esperanza de que los colombianos despertemos y el 2016 sea mejor
para Colombia. ¡¿Hasta cuándo?!
@carlosavilanr