Compasión por Bogotá
Querida Bogotá: ¿En qué momento dejaste de ser una bella metrópoli
caracterizada por tu honor a las letras y bellas artes, a pasar a una ciudad
maltrecha llena de corrupción? Vivencias que los jóvenes de ahora no tuvimos la
oportunidad de apreciar pero que anhelamos con todo nuestro corazón. Ese anhelo
de ver a nuestra ciudad convertida en una metrópoli caracterizada por su
cultura y desarrollo, cada vez lo vemos más desvanecido con el pasar de los
años, ese anhelo se esfuma como humo saliendo de una chimenea. Me parte el alma
la idea de nunca verte como te añoro.
Bogotá, es el momento de empezar de nuevo, por favor danos
otra oportunidad. No te prometo que vayas a cambiar de la noche a la mañana,
eso no solo depende de mí, ni de un grupo de jóvenes, eso depende de todos. Haré
todo lo posible para que vuelvan los valores, la cultura, el buen trato, la
amabilidad, el orden, eso que alguna vez te caracterizó y está en el vano
recuerdo de nuestros abuelos, y que lamentablemente los jóvenes no lo vivimos (solo
tenemos tu recuerdo en algunas fotografías). Ese cansancio, ese agotamiento
finalmente nos está haciendo perder la cordura, no podemos más, ya no somos
capaces de soportar el trato que te han dado. Ese trato que te han dado, lastimosamente
si lo vivimos, si lo tenemos en nuestro recuerdo y lo que anhelamos es que no
te lo repitan. Es el momento, el momento en que el rio pueda volver a su cauce
natural, el momento para devolverte la esperanza, el momento en que por fin
seas lo que todos anhelamos.
Es nuestro deber frenar todo lo que te ha
enfermado: esa inseguridad que no deja tranquilos a los ciudadanos, que inclina
miradas, que los arrodilla, que los esconde. Esa movilidad que no permite
llegar a tiempo a las personas, que estresa, que agobia, que angustia, que lo
único que hace es llevarse nuestro tiempo como si este fuera cualquier cosa,
cualquier recurso renovable, pero no es así tristemente, razón por lo que es
imposible calcular el tiempo perdido en términos monetarios. Esa corrupción que
lleva al retraso económico, que devalúa la moneda, que nos hace quedar mal ante
los demás, que genera desigualdad, etc. Y tantas otras cosas que te han
enfermado. Es momento de recapacitar, hacer un alto en el camino y decir: ¡No
más!, estamos cansados, es el momento de aprovechar la oportunidad que nos da
la democracia y decirle a quienes NO anhelan ver a Bogotá convertida en la
metrópoli soñada: ¡NO MÁS, NO SEGUIRÁN!
@roycob
@roycob