El avance de una sociedad como la
colombiana tiene que ser determinada por fuerzas espontáneas y no por fuerzas
de generación obligadas. Con esto lo que quiero decir, es que la
impredecibilidad es una medida de la libertad y la única manera de hacer el
progreso posible. Con la impredecibilidad las personas tenemos el afán de
encontrar la verdad y nos da la convicción de que el conocimiento humano no es
perfecto.

Es de parecer esencial que exista
una cierta incertidumbre de lo que pueda pasar, para que exista un esfuerzo que
hará que el hombre se preocupe por estudiar ciencias, descubrir cosas, inventar
artefactos, construir ideas, en fin, proponer soluciones a los problemas que
existen. Todo este proceso intrínseco es lo que finalmente llevará al progreso
de una sociedad.
Es imposible afirmar que el mundo
es estático y con eventos predeterminados, donde los acontecimientos se puedan
controlar. En cambio, es sensato afirmar que el mundo es dinámico,
impredecible, diverso, incierto, etc. Por eso es indispensable que una sociedad
pueda tener el máximo de coyunturas posibles para que puedan ocurrir muchos
accidentes sociales posibles. La divergencia de ideas, conocimientos,
actitudes, entornos culturales, motivaciones son la causa de los accidentes.
Este cúmulo de accidentes se torna potencialmente deseables, para que por medio
de la experiencia, es decir, la prueba y error, una sociedad pueda tomar la
decisión de conservar las mejores ideas.
La sociedad finalmente es un
cúmulo de aciertos y errores, un conjunto de imperfecciones, una construcción a
partir de pruebas y errores, por eso, pretender dirigir los hechos, acomodarla
a solo una situación, a una idea, a un régimen único, simplemente la dirigirá
hacía una imperfección mucho mayor de la que se pretendía impedir.
Con todo esto quiero llegar en
definitiva a la conclusión, de que tomar una decisión sobre lo que debe ser lo
más factible para una sociedad no puede depender de un solo individuo, y nadie
se puede tomar el atrevimiento de tomarla, esta decisión se debe tomar a partir
de unas ideas conservadas que surgieron de una fuerza espontánea a partir de la
experiencia de la categórica sociedad. Por eso nadie puede imponer a la fuerza
su idea, por más acertada que le parezca, lo máximo que puede acometer es
convencer a un grupo cada vez mayor, hasta que sus ideas en definitiva
sobrepasen en beneficio a las demás en la práctica. Ningún individuo tiene la
verdad absoluta.
@carlosavilanr